Clint Eastwood, toda una vida llena de anécdotas curiosas

Con motivo de su cumpleaños, «La Noche De…» repasa la vida y la obra de Clint Eastwood, un cineasta al que le costó mucho consagrarse en este mundo y cuya vida está llena de anécdotas curiosísimas.

El actor, director y productor de cine tiene motivos para alegrarse, porque este domingo, 31 de mayo, va a celebrar su 90 cumpleaños. Nueve décadas, en las que ha vivido numerosas situaciones y ha ganado cuatro premios Oscar: dos como director y otros dos como productor, por las películas Sin perdón y Million Dólar Baby.

No obstante, Eastwood fue menospreciado como cineasta por muchos durante décadas. De hecho, tras estudiar interpretación, le costó despuntar como actor. Y para llegar a fin de mes tuvo que trabajar de jardinero, conserje, leñador, empleado de gasolinera, limpiapiscinas y socorrista.

Su primera película como actor fue El regreso del monstruo. Tenía 24 años y en ese momento su carrera no parecía muy prometedora. Además, luego rodó Francis en la Marina,  una película de la mula Francis, tan mala como todos los films que protagonizó ese cuadrúpedo. Y poco después, el joven Clint fue despedido de la productora que le tenía bajo contrato, por la peregrina razón de que, a juicio de sus jefes, el chico tenía «la nuez demasiado grande».

En su rescate llegó el western; primero con la teleserie Rawhide y luego con la llamada “Trilogía del Dólar”, los tres spaghetti–western que Clint rodó en España. El tercero fue seguramente el mejor: El bueno, el feo y el malo. Como curiosidad, Eastwood llevó en todos ellos el mismo poncho, un poncho que el propio actor guardó entre película y película sin lavarlo, para que no perdiera el color.

Como director, se estrenó con la estimable Escalofrío en la noche. Y para seguir dirigiendo, Clint llegó a un provechoso acuerdo con la poderosa Warner Brothers: esta productora financiaría sus proyectos más personales como director (por ejemplo, Bird), pero a cambio, tenía que alternar sus trabajos artísticos con películas comerciales.  Así, rodo también Ruta suicida, Duro de pelar, o su secuela La gran pelea.

Películas como ésa hicieron que se menospreciara el talento de Clint Eastwood como cineasta hasta que llegó el Oscar de Sin Perdón.

Anécdotas

Su vida está llena de anécdotas interesantes desde el mismo momento de su nacimiento. Clinton Eastwood Junior nació en San Francisco. Fue el recién nacido más grande que ha habido nunca en el hospital donde vino al mundo, con un peso de 6 kilos. 

Asimismo, cabe destacar que triunfó como alcalde. Y es que, a mediados de los años ochenta, Clint se presentó a las elecciones municipales de Carmel-by-the-Sea, el pueblo en el que vive desde hace décadas. Está cerca de San Francisco y tiene sólo 4.000 habitantes. Aquel año hubo cuatro candidatos a la alcaldía, pero Eastwood ganó de calle, recibiendo el 72% de los votos. Recibió casi el triple de votos que su principal rival y alcaldesa del pueblo hasta ese momento.

Durante años, se dijo que el joven Clint Eastwood había protagonizado una heroica hazaña durante la guerra de Corea. Cuando, casi recién alistado, sufrió un accidente aéreo en el que el avión militar en que viajaba se estrelló en el mar, a casi 4 kilómetros de la costa, en una zona del océano infestada de tiburones. Se dijo que Clint «volvió nadando» a tierra firme con otro soldado de aquel avión, en una exhibición natatoria que les hizo salir en los periódicos.

Pero hay datos que no encajan en esta historia, y cabe preguntarse si es verdad o mentira que Clint Eastwood fue un auténtico héroe de guerra. Es cierto que, mientras se libraba la guerra de Corea, el entonces soldado Clint Eastwood sufrió un accidente aéreo, estrellándose en el mar. Pero no fue en aguas coreanas, sino en las costas de California, según contó un periódico de la californiana ciudad de San Rafael. Aquel era un vuelo de suministros, entre una base militar y otra, y tanto Clint como su compañero volvieron a la costa en la lancha neumática que llevaba el avión.

A pesar de no nadar entre tiburones, vivieron una gran peripecia tras la cual Eastwood fue nombrado instación del ejército, por lo que finalmente, no fue a la guerra de Corea.